Antonio Alzamendi pertenece a una generación de grandes jugadores hechos de otra madera, acostumbrados a otro tipo de sacrificio y con una nobleza heredada de los grandes de otras épocas. Un gran representante de la estirpe de los punteros orientales, de los que tal vez Alcides Edgardo Ghiggia es el más famoso y unos cuantos más han dejado su huella en la historia. Fue así que en un momento nuestra selección tuvo para elegir entre Venancio y el Hormiga Alzamendi, velocistas que jugaban pegados a la raya de cal y enloquecían a cualquier jás.

Hoy nos corresponde mencionar algo que tal vez haya pasado desapercibido, y que debería ser moneda corriente en nuestro sacrificado fútbol uruguayo. Ese fútbol glorioso, pero al que nunca le sobró nada dentro ni fuera de la cancha, tiene seguramente en Francisco Casal a uno de sus máximos artificies. Guste a quien guste, Paco ha sabido plantar la bandera del jugador oriental y desde sus comienzos en esto de representar a nuestros players dejó claro que se juega como se vive. Y de eso se han encargado esos jugadores, muchos de los cuales son agradecidos a un hombre que ha dado mucho a esta patria.

Luego de aquel memorable momento en el que se agradeció a Paco en el tablero electrónico del coloso de cemento, ya no es tan habitual que se reconozca la obra del otrora alcanzapelotas en nuestro balompié. Es por eso que traemos a colación las declaraciones del Hormiga Alzamendi en un medio argentino, en las que el segundo jugador en ser representado por Paco (el primero fue J.R Carrasco) deja en claro por qué deberíamos ser más agradecidos.

Cuando se le consultó por qué Dios Paco genera tantos amores y odios, Alzamendi fue claro: “Porque es el número uno, y la envida es grande, entonces aparecen los opinólogos y lo critican. Paco conoce muy bien la cocina del fútbol, porque se hizo de abajo. Fue más vivo que todos en muchas cosas, tuvo una gran visión de futuro, la supo ver, está 700.000 jugadas adelante que el resto. Y cuando hablás con él, fuera del negocio, es un tipo súper sencillo, de barrio, que defiende al jugador. Hablo de Paco, y no de quienes lo rodean, que no sirven para nada, que son oportunistas, terribles traidores, pero esa es una elección de Paco. Yo lo adoro, soy un agradecido y en los momentos difíciles siempre estuvo conmigo. Bajo su sombra se hace rica mucha gente”.

 QUE VUELVAN LOS JUGADORES DE PACO, QUE VUELVAN LOS VELOCES PUNTEROS URUGUAYOS DE ANTES, QUE VUELVA EL GRACIAS PACO Y QUE VUELVA LA CELESTE DE ANTES!