¿Que viene de la viña? El vino, con el que seguro festeja Obdulio desde el cielo. Y del pie de Viña vino la alegría que nos hace disfrutar en estos momentos de un nuevo triunfo clásico luego de despertar a tiempo. Mientras todavía resuenan los ecos de los dos gritos de gol celestes, escribimos esta reflexión invadidos por una gratificante sensación de que no todo está perdido. Porque fuimos los primeros en criticar cuando se empató con Venezuela y se picó un penal, pero seremos siempre los primeros en destacar lo que está bien. Y ganarle a Argentina y a Brasil en cuestión de pocos días, siempre está bien si se hace mostrando signos de que la esencia aún vive.
Arrancamos este partido perdonando la vida un par de veces, y nos clavaron cuando había un player nuestro siendo atendido. A llorar al cuartito, porque eso lo hicimos nosotros varias veces, y ahora que muchas veces enarbolamos la bandera del fer plei no somos capaces de sacar la ventaja. Nos fuimos al entretiempo un gol abajo, confiando en que apareciera el pundonor. Nos preguntamos en voz alta si se habría manejado en el entretiempo que a los de verde y amarillo hay que jugarles fuerte.
Entonces, mientras la lluvia incordiaba a los habilidosos y frescos brasileros, el gordo Amaral a pura magia, panza y pegada clavó el empate. El festejo posterior homenajeando al prohombre Chengue Morales, nos hizo sentir que había al menos margen para esperar la remontada. Nuevamente gracias, capitán, que vuelvan los 10 con sobrepeso y calidad en las patitas. Esto es para ustedes, nutricionistas. Esa carrera inventada para hacer sufrir a la gente, privándola de comer lo que quiera y rendir como el físico le permita en la actividad que elija, merece nuestro repudio y va en contra del asado grasoso, del raviol de pollo, del tinto suelto y la galleta de campaña.
El partido ya tenía a los rivales con 10 hombres, y tenía que venir la cachetada. Pero nos empeñábamos en no dar la estocada final. No nos gusta cuando nos ponemos sobones y perdonamos la vida por no definir como hombres. Este partido se debía ganar, dar el golpe de gracia a un rival frio y con uno menos. Todavía casi nos clavan, lo que hubiera sido catastrófico. Cuando está para ganarlo, hay que ganarlo. Está en la tapa del libro.
Llegaba la segunda expulsión, y en la hora, 47 y medio del segundo tiempo, entra desde atrás el botija Viña y factura para el delirio del pueblo oriental. Alcides asentía desde el cielo, porque si se le va a ganar a Brasil que sea 2 a 1 y de atrás. Desde acá decimos que, si se le gana a Argentina y a Brasil en pocos días, no se puede decir nada. Viña, hombre de Empalme Olmos que ante la pregunta del periodista brasilero le dice “favoritos no, nos gusta de atrás” ratificando que vinieron a ser campeones; y Amaral que “tenemos la garra charrúa, lo hablamos en el entretiempo”.
Qué hermoso ver que la GARRA CHARRÚA no se pierde, porque no hay nada más lindo en el mundo que clavar a los pizarreros y pecho fríos de los brasucas, y si es de atrás y en la hora mejor. QUE VUELVAN LOS 2 A 1 DE ATRÁS CONTRA BRASIL, QUE VUELVAN LOS BATACAZOS Y QUE VUELVA LA CELESTE DE ANTES!