Ya sabemos que nada es como era. Al recordar aquella detención del clásico del año 2000, en la que el Gladiador Ribas, el Chengue y el resto de los detenidos bancaron como hombres, nos da cierta bronca por lo que hemos perdido.
Según informan varios medios, la detención de futbolistas obligó a los gerentes deportivos (otra cosa que no existía hace 14 años, mucho menos uno tan metrosexual como Lembo con rodete al estilo geisha) a tomar recaudos en la cena y la ropa para el descanso: hoy se prestará especial atención al tema de la hidratación.
“El traslado de comida y ropa fueron las principales preocupaciones de los gerentes deportivos de Nacional y Peñarol, Alejandro Lembo y Carlos Sánchez, luego de que la justicia determinara que los jugadores pasaran la noche detenidos”. Inmediatamente, funcionarios de los clubes arrimaron frazadas y ropa de abrigo para los detenidos con el objetivo de que no pasaran frío en la noche (téngase en cuenta que estamos en enero, el verdadero obdulista, y más después de haberse agarrado a piñas duerme a la intemperie).
También existía preocupación porque los jugadores de Nacional, Ignacio González, Diego Arismendi, Darwin Torres, Santiago García y Leonardo Burián, deben viajar el domingo a Santa Cruz para el debut tricolor en la Copa Libertadores. En consecuencia se tomaron todas las previsiones para que nos les faltara nada. Estos ya parecen princesas, ¿cuál es el problema con que tengan que viajar para jugar? ¿no es su trabajo?. Si un Obdulio o un Peta Ubiña hubieran pasado una noche detenido con todas las comodidades, hubieran hecho ejercicios de calistenia durante la madrugada y saldrían sin dormir para tomarse el ómnibus y viajar 36 horas para jugar.
Otro tanto ocurrió con la comida. El encargado de la seguridad de Peñarol, Washington Vega, revelaba al salir de la sede de Inteligencia: “Me voy a Los Aromos para traerles la comida”, en una clara alusión a que los profesionales debían comer la cena dispuesta por el cuerpo técnico y no andar comiendo cualquier cosa. Otra clara muestra de metrosexualismo, jugadores que comen lechuga y rúcula, además de yogue descremado con cereales. Para rematar y que a las señoritas no les falte nada, y dado que “la jornada de hoy se estima que será larga y con intenso calor”, se tendrá en cuenta el tema de la hidratación. Nos imaginamos que les habrán llegado el gatorei de colores flúo para ambos bandos como les gusta.
Por último, los jugadores de Nacional y Peñarol durmieron en habitaciones separadas, para evitar que la gresca continuara en la sede policial. Nada que ver con aquellas grescas clásicas de antes, donde un Trasante y un Peña forjaron luego una amistad, y donde un Chengue y un Gladiador Ribas, Césaro, Marcelo de Souza, Darío, Martín García, Elduayen, José Enrique de los Santos; Regueiro y Vanzini durmieron en la misma celda solucionando sus dividendos como hombres con códigos. QUE VUELVAN LOS DETENIDOS DE ANTES, QUE VUELVA LA CELESTE DE ANTES!