En aquel partido contra Senegal, Uruguay estuvo a punto de consumar una hazaña propia de su rica historia, casi inédita para estos tiempos. Perdiendo 3 a 0 con Senegal al término del primer tiempo, se despedía de la peor forma del evento.
Pero luego de la arenga y la apretada del Chengue y Darío a los senegaleses, más los cambios, en el complemento afloró el fútbol y la Garra Charrúa y el equipo conducido por Víctor Púa logró un empate 3-3 que a punto estuvo de transformarse en un milagroso 4-3 que lo hubiese clasificado a octavos de final.
¿Quién no recuerda que en los descuentos Richard Morales tuvo un cabezazo en el área chica para ganar el partido? Pero el “Chengue” perdió noción de arco y su cabezazo se fue afuera. ¿Y quién no recuerda la imagen del Gordo Púa acompañando el gesto técnico de su delantero con un cabezazo al aire?
“Son cosas que hacés instintivamente. Hoy veo la acción y me provoca una sonrisa. Pasa también en el campeonato local: a veces movés un pie o una mano, porque estás metido en el partido, y luego lo repiten en televisión”, confesó el propio Púa en una entrevista concedida años después.
Uruguay tuvo la chance del milagro, pero no pudo ser. El destino quiso que pasara Senegal y que Uruguay se quedara afuera. Víctor Púa, en cambio, es todavía recordado en muchas partes del mundo como el técnico que intentó cabecear desde el banco de suplentes.
ETERNO EL CABEZAZO DE HAROLDO! QUE VUELVA EL GORDO PÚA, QUE VUELVA LA CELESTE DE ANTES!