Llegó Juan Dairecsion y comprobamos con mucho pesar como grupos de adolescentes pasaron horas y horas acampando en las afueras del coloso de cemento, con un ímpetu que no se vio por ejemplo a la hora de sacar la credencial.

Adolescentes acampando para ver a un grupo de engendros que vienen a pisotear el histórico escenario ante una horda de fanáticas y fanáticos. Esos mismos fanáticos que desafían cualquier opinión contraria y nos han demostrado en varias oportunidades que no tienen reparos a la hora de insultarnos.

Hoy es el día señores en que no podemos quedarnos callados. Llegaron y van a “actuar” en el monumento al fútbol mundial estos energúmenos que osaron calzarse la gloriosa malla color cielo de forma impune, sin tener ni puta idea de como se llama nuestro país.

Ya hemos expresado que ningún obdulista debería permitir que sus hijas, novias o mujeres concurran a ver ese espectáculo. Así estamos como país, con jovencitas que en vez de ir aprendiendo a ser futuras patronas obdulistas andan más preocupadas en ir a aullar al Estadio, y en defender a estos extranjeros más que a su propia familia.

Han mostrado con creces que les importa más el Juan Dairecsion que su propia patria, y desconocen el legado de los artistas nacionales de géneros como el tango, el candombe, la plena, la murga y el canto popular.

Hoy, el Estadio Centenario llora, llora la memoria del Arq. Scasso, la del Mariscal Nasazzi, la de Obdulio, la de tantos compatriotas que hicieron leyenda en ese escenario. Como los artistas de verdad como Pablito Estramín, el Flaco Alfredo, el Canario Luna o el Pepe Guerra.

Por la memoria de tantas jornadas de gloria en nuestro coloso, decimos NO al Juan Dairecsion, y clamamos por el respeto a nuestras tradiciones. QUE VUELVAN LOS ARTISTAS DE ANTES, LA JUVENTUD DE ANTES Y LA CELESTE DE ANTES!