Hoy queremos hacer justicia con un laburante del fútbol, un esforzado atleta que se ha empeñado en desafiar al tiempo, un obdulista del arco: el Loco Jorge Walter Contreras. Este guerrero de los tres palos es un héroe anónimo en épocas de abundancia de información, por perfil bajo, por una injusticia que se comete con este grande. Una blasfemia, una herejía, un ultraje. Si usted tiene un amigo que le prenda la computadora y le pide que busque información del Loco Contreras, apenas encontrará resultados. No existe en Wikipedia, y muy poco se puede encontrar sobre él si usted no ha tenido la suerte de verlo los fines de semana en las canchas uruguayas.

Una leyenda futbolística ignorada, eso es este hombre que sigue demostrando credenciales de sobra para seguir jugando, y por qué no hasta tener un lugar en la selección (como ya lo hemos propuesto en reiteradas oportunidades). Un hombre que con casi 45 años, siendo abuelo y habiendo jugado en las canchas más difíciles, sigue evitando goles con carpeta y sabiduría.

Cuando niño, Contreras ayudaba a sus padres vendiendo leche en un carrito a caballo; estuvo en la B de Colombia y la pasó mal cuando en Racing no le dieron dinero para pasar las fiestas. “A mí me dejaba mi viejo en la puerta de la escuela. Entraba por una puerta y salía por otra. Me encantaba ir a entrenar en la Octava de Cerro y cuando mi padre se enteraba, ¡me daba cada paliza!”. El Loco allí jugaba de puntero y de volante por derecha. Pero un día en Cuarta faltó el arquero y allí se quedó para siempre. “Cuando jugábamos en inferiores contra Peñarol y Nacional, parecíamos desnutridos. Como que nos asustaban porque eran enormes. Recuerdo que en Quinta le ganamos a Peñarol con Paolo Montero 2-0. Bajaron del ómnibus todos equipados, parecían el Manchester United, pero les ganamos y Paolo cacareaba recaliente. Pero ya veías que era todo un caudillo”, recordó, reconociendo las dotes de uno de nuestros prohombres. Es que un obdulista reconoce enseguida a los de su clase, de ahí la identificación del Loco con Paolo.
Para Contreras, la vida futbolística “grande” empezó a los 30. Es que fue a partir de esa edad cuando el “Loco” se pudo empezar a mostrar en la primera división del fútbol uruguayo, luego de deambular una década por equipos de la B y tener un corto pasaje por el fútbol colombiano y el paraguayo.

Se inició en Cerro en el ’92, donde estuvo casi dos años. Si bien el equipo villero estaba en la A , en ese plantel se destacaba en el arco el gran Ruben “Pipa” Rodríguez, entonces el Loco no pudo mostrarse. En el ’94 pasó a Uruguay Montevideo, el celeste de Pueblo Victoria. Allí estuvo tres temporadas (cuando el fútbol no deja de ser una actividad más en la agenda diaria, casi un pasatiempo de fin de semana), mientras intentaba entre canchas de tierra y barro mostrarse para tentar un futuro mejor. Así pasó a Juventud de Las Piedras a principios del ’97, donde estuvo otros tres años, y fines del ’99 ascendería con los albiazules a primera. En el 2000 pasó a Guaraní de Paraguay un semestre, y en julio volvió a la ciudad periférica. Entonces sí: debutó en la primera de Uruguay a los 28 años, casi 29. Sus buenas actuaciones lo llevaron a Danubio en 2001, donde entró en la consideración grande, aunque solo estuvo un año ya que en 2002 volvería a Juventud, “su” equipo además de Racing, se podría decir. Luego en 2003 pasa a Cerro por dos años, para volver otra vez a Juventud y volver a atajar en la B. Hasta mediados de 2007, cuando finalmente volvió a su casa: la escuelita de Sayago.

Mientras hoy tenemos a “muslerita” en el arco de la selección, nos estamos perdiendo los mejores años de este prócer del arco. Un hombre que podría haber aportado en el pasado mundial, (cuando al arquerito de casaca flúo se le caía la pelota de las manos) manos, cabeza, pecho pa’ ponerle a las balas, salida jugando, liderazgo y muchas cosas más.

Con relación a ser el más veterano de todos los que juegan, cuando lo consultan sobre si algún rival lo gasta con su edad, se acuerda de una anécdota: “Jugábamos un ‘clásico’ ante Fénix y Mier me había hecho un gol de tiro libre y me dijo: ‘Andá, viejo’. Después le saqué un par de goles y le dije: ‘Pendejo, te comí’. No soy de faltarle el respeto a nadie, pero puedo gritarle algo a alguno para intentar sacarlo del partido”.

Por más que todos los años Racing lleve arqueros para que le peleen el puesto, el Loco sigue siendo número puesto en el arco cervecero y en la consideración del pueblo obdulista. Salú Loco Contreras, acá sí te apreciamos! QUE VUELVAN LOS ARQUEROS DE ANTES, QUE VUELVA LA CELESTE DE ANTES!