Cualquiera que haya visto jugar al Mago Fabián Alberto O’Neill estará de acuerdo en que debe haber habido pocos jugadores uruguayos con ese talento.
Polémico, desprolijo, borracho, loco lindo con mil historias de vida y mil fantasías en la cancha, el Mago es ídolo a pesar de no haber alcanzado todo su potencial. No cualquiera llega a jugar de titular en la mejor Juventus al lado de Zidane, quien dijo que O’Neill era el jugador con la mejor técnica con el que había jugado.
Fabián simboliza muchas cosas, pero por sobre todo es el mismo canario humilde y auténtico de siempre. Como jugador, una pegada increíble, técnica exquisita y un talento pocas veces visto.
En el 2002, tras un resurgir de su carrera, fue convocado por Víctor Haroldo Púa para el mundial de Corea-Japón. Una inoportuna lesión en un amistoso previo nos privó de su magia, y su camiseta 10 sólo apareció en pantalla cuando el Chengue lo homenajeó tras anotarle a Senegal.
La última etapa del Mago fue en Nacional, en 2003. Cuando se enteró de que había jugadores que ganaban más que él, pidió más plata y al no cumplirle la directiva se fue para Paso de los Toros otra vez. A partir de ese momento, la leyenda siguió creciendo. Su vida privada, su adicción a la bebida, sus frontales y divertidas declaraciones lo han mantenido en el tapete. Polémico pero siempre de frente, Fabián no se casa con nadie y no ha tenido reparos en reconocer su participación en arreglo de partidos en Italia, en hablar de la falta de códigos de algunos compañeros con nombre y apellido o de ventilar anécdotas de su paso por Italia y la selección.
Hoy preside al Defensor de su tierra natal, y a diez años de su retiro su nombre sigue surgiendo cada vez que se habla de los mejores jugadores de todos los tiempos. No ganó tres Copas América como Francescoli, tampoco fue Balón de Oro de un mundial como Forlán, no ganó los millones de Recoba, ni metió un gol en una final como Bengoechea ni un doblete en el repechaje como el Chengue, tampoco tuvo la carrera de Rúben Sosa en Italia… Sin embargo, Fabián Alberto O’Neill es un ídolo de muchos y también son muchos los que están esperando la salida de su libro autobiográfico.