Espejos y no solo para mirarse en el baño. Si será importante el tener espejos en la vida, poder mirar a aquellos referentes que nos guíen por el mejor camino en cualquier orden en el que nos desempeñemos. Y si habrá habido en nuestro país figuras en las que mirarse a la hora de adquirir las armas para dedicarse al fútbol. Así se transmitió toda la vida esa esencia del fútbol uruguayo que algunos se han empeñado en desprestigiar, otorgándole mala prensa y peor fama a principios básicos que la botijada oriental traía desde el campito y luego llevaba a la cancha grande.
Por eso duelen las palabras de un hombre ya curtido, de uno de los que hemos considerado descendiente directo de Obdulio a pesar de que algunos no le perdonen que cante el himno mexicano. Arévalo Ríos ha dado sobradas muestras de ser uno de los nuestros, casi una extensión de ese ciudadano de a pie que sueña con ponerse la Celeste pese a que su físico le indique lo contrario. Un cultor de la transpiración, del esfuerzo, de la pierna fuerte y del gesto recio para con el rival, que lamentablemente se equivocó en una reciente nota otorgada a un medio argentino.
Cuando se le preguntó al Cacha quién había sido su ídolo, su espejo futbolístico, nos mató a todos con la respuesta. Pudiendo haber mencionado a un José Batlle Perdomo, un Mario Saralegui, un OJ Morales, un Pacha Barylko o Carlitos Camejo, incluso un Canario Pablo García, se despacha con el nombre del colombiano Serna. En el país donde los centrojás han hecho patria a lo largo de todas las épocas, es imperdonable que un compatriota se haya tenido que fijar en un extranjero. Peor es lo que se nos viene, porque quiérase o no el Cacha ya está más cerca del partido despedida que del llamado a aspirantes, pero esto es algo que no nos puede pasar.
A abrir los ojos, todo aquel que tenga un gurí en el baby fútbol o que tenga aspiraciones de jugar al fútbol. Fíjese a quién están tomando como espejos y no pierda oportunidad de mostrarle a los que vienen, quiénes son los verdaderos ejemplos de vida y de lucha. Por favor, que no se nos pierdan las oportunidades de transmitir a las nuevas generaciones el espíritu de la pierna fuerte, del hacha y tiza, del “tapalo con diario” o del “a la cabeza que no renguea”. ¡QUE VUELVAN LOS ESPEJOS DE ANTES, QUE VUELVA LA CELESTE DE ANTES!