Seguramente, lo primero que se le viene a la mente al pensar en un enfrentamiento con Senegal, sea aquella famosa patriada llevada a cabo por los prohombres Darío Rodríguez y Richard Morales. No importa cómo les fue, si salen los vivos de siempre diciendo “les llenaron la cara de dedos”, “no le pegaron a nadie”, lo que importa es el ánimo de dos hijos de Obdulio yendo contra todo y contra todos, incluso mintiendo a sus compañeros con tal de insuflarles el ánimo que propiciara la reacción.
Usted piensa en jugar contra Senegal, y entre muchas cosas que surgen, viene primero la palabra reacción. Como la que no tuvieron los pichones del “proceso” en el cuadrangular jugado en Qatar, cayendo derrotados de forma categórica por 4 a 1 y sin chistar. Podrán ser buenos, malos o regulares, pero lo que nos importa es que un representativo celeste tiene que plantarse en la cancha y no dejarse llevar por delante. Eso va más allá de la técnica, de la táctica y de la estrategia del momento. Son marcas indelebles.
Era una hermosa oportunidad para que volvieran los gorriones de antes, recordando a los baluartes de Australia 93 que perdieron con un gol de oro (algunos como el Canario Olveira ni se enteraron que habían perdido) y dejaron el vestuario como debía ser tras semejante atropello a la casaca color cielo. Pero nada de esto sucedió, los juveniles luego de ir perdiendo 0-2 contra Senegal en el primer tiempo no fueron a patearles la puerta del vestuario como hicieron los caudillos en la gesta de Corea-Japón 2002. Seguramente se destaque “la experiencia”, y nadie se espante por haber sido humillados por estos senegaleses que tendrán 30 años pero sabían de la importancia de lo que se jugaba. ¿Dónde quedó aquella máxima de que si no se puede ganar hay que al menos llevar el partido a un plano más áspero? No es ningún delito señores, cuando juega la Celeste todo el mundo boca abajo!
El resultado, 0-4 a los 15 minutos del segundo tiempo. Apenas un tibio gol “de la honra”, y ningún expulsado ante el Diouf de turno que seguramente les pisó la pelota y se les rió en la cara.
Que vuelvan los juveniles de antes, que vuelva la celeste de antes!