Lo que no hacen los hombres, lo hicieron las damas. Lo que no hacen los juveniles, lo hicieron las juveniles. Ganarle a Brasil 2 a 1 y de atrás, siempre es motivo de tranquilidad y orgullo, mucho más si es la primera victoria en 22 años de afiliación de la AUF al fútbol femenino. Hoy, hay certeza de que las chiquilinas del presente serán las patronas del mañana y por qué no, las encargadas de demostrarle al mundo de que se le puede ganar a Brasil con las armas de siempre.

Mucho veterano curtido en mil visicitudes de la vida, tuvo que esconderse para que nadie lo viera cuando se le humedecieron los ojos viendo a las botijas meter y jugar con tanto sacrificio y pundonor. Ante un team brasilero que había baboseado -fiel a su estilo- en las horas previas al partido, nuestras jóvenes sacaron a relucir todo lo que tienen en sus pies y en el corazón, para revivir la gesta de todos los tiempos con el incomparable toque femenino. Y cómo son las cosas, porque estas chiquilinas juegan y cultivan el perfil bajo, no tienen a 500 botineros esperándolas a la salida de la práctica y seguramente tienen mucho menos spa encima que sus pares masculinos. Sin embargo, seguramente no dejan de lado su perfil de mujeres que no les impide poner en la cancha un amor a la camiseta y un sacrificio que parece casi extinguido en el fútbol actual.

Permitámonos sentir orgullo de estas pequeñas continuadoras del legado de Máspoli, de Obdulio, de Schiaffino, de Gambetta, de Ghiggia y de tantos otros que han sabido despachar a los brasucas. Si un grupo de chiquilinas menores de 17 años, tiene que venir a mostrarle a un país que a Brasil se le gana metiendo y poniendo lo que hay que poner, muy mal estamos y mucho tenemos por hacer para revertirlo.

Pero hoy, toca hacer la reverencia a estas jóvenes mujeres que se transformaron en historia de nuestro fútbol. Que vuelvan las resonantes victorias 2 a 1 y de atrás ante Brasil, que vuelvan las patronas de antes y que vuelva la celeste de antes!