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Todo pelota

Siempre fue un centrocampista de amplio recorrido, gran despliegue físico y extraordinario rendimiento táctico. Su historia es la de un obrero del fútbol, con gran capacidad de sacrificio para desplegar un importante trabajo defensivo cono eje de cualquier mediocampo. Aquella deslumbrante melena rubia oro luminoso natural que lucía en otras épocas (hasta las minas lo confundían con forlan dijo una vez), pero una melena de hombre, ese color era suyo por genética, por Garra Charrúa y Viejos Valores.

Sin embargo, su legado para muchos de nosotros va más allá de lo que hizo (y ojalá siga haciendo) aparte de patear una pelota. Dentro de sus momentos más recordados se encuentra el día de su presentación en el Atlético de Madrid, que no comenzó precisamente con buen pie. Tal vez nervioso por los flashes mediáticos, el Pato tropezó y cayó mientras intentaba dominar la pelota. Esa caída en su presentación, lejos de hundirlo, no hizo más que sacar la garra del Pato, que a base de raza, carácter, pundonor, casta, huevos, carácter, lucha, brega, cancherismo, carácter, combatividad, entrega, orgullo, garra, carácter otra vez y demás expresiones viriles se hizo de minutos y partidos de titular.

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Dos leyendas del fútbol internacional

Los aficionados del Aleti todavía lo recuerdan por varias cosas: por esa caída estrepitosa, por haber repartido patadas hasta agotar stock, y por calentar un clásico frente al Madrid con sus declaraciones contra los galácticos y su metrosexualismo. Ese fue uno de los hechos más destacados, en enero de 2005. En esa semana, el Pato copó las portadas del Diario Marca criticando la aureola de Galácticos que tenían los jugadores del Madrid: “Ellos que hagan moñas, yo les trancaré de abajo”, atacando frontalmente a David Beckham: “Existe porque es lindo y sale en las revistas. Es marketing, como jugador no me preocupa”.

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Lo iba a despeinar y lo despeinó

Después de pasar por Osasuna, River argentino, Nacional y Tecos, el Pato llega a ponerse la casaca del club de sus amores. En Peñarol, protagonizaría otro de sus memorables momentos. La perspectiva de ir al Bernabéu a jugar ante el Madrid de la segunda generación de Galácticos metrosexuales (con CR7 a la cabeza) era muy tentadora. Aprovechando su prestigio en España, el Pato hace unas ácidas declaraciones, en las que dice que quiere despeinar a CR7. “Lo voy a despeinar a Cristiano para fastidiarlo un poco” Durante el partido, tras un lance de juego, se acerca al antagonista máximo del espíritu viril y de brega constante que pregona Sosa, y cumple con su promesa ante las miradas del mundo. Un despeinamiento corto y contundente, marcando territorio y cumpliendo su amenaza. Misión cumplida, aderezada además por una cantidad considerable de patadas a los blanditos merengues.

Marcelo Sosa alternó buenas y malas a lo largo de su rica trayectoria en el fútbol y ha tenido una cantidad de situaciones complicadísimas, las que le valieron salir en las crónicas, no precisamente con destaque por lo que hizo en la cancha. Uno de los hombres con mayor promedio de tarjetas rojas por minuto, el Pato también cuenta con varias perlas más. En su pasaje por Peñarol tuvo un altercado a golpes de puño en la vía pública con un hincha de Nacional, le pegó un puñetazo al argentino Martinuccio porque aparentemente este no demostraba demasiada adhesión al entrenamiento. El Pato discutió dentro y fuera de la cancha hasta que pegándole le dijo: “¡Esto es Peñarol, eh!”.

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Recibiendo una injusta amarilla por simulación de Forlán

Recordemos que en Danubio en 2003 ya había sido sancionado a raíz de una “escapada” sin el permiso del cuerpo técnico que encabezaba Manolo Keosseian junto a Carlos Grosmüller (que en ese momento se apellidaba Grosnille). También confrontó con Passarella en la selección, cuando un día se negó a entrar porque el argentino le había dicho que lo quería de cualquier manera pero siempre optaba por otros. Cuando lo llamó, “El Pato” se negó y el DT lo sacó de la selección. Y si hablamos de la historia del Pato con la Celeste, no podemos dejar de mencionar aquel partido contra Colombia en el que al Canario García se le escapa un rival, y su grito aún retumba en el Estadio: “bájalo, Pato, bajalooooooo”. Y el Pato lo bajó, y vio la roja (según él) injustamente. Una de las patadas más hermosas de todos los tiempos dejó este hombre.

Copando portadas en España

Ya en Racing, su última parada antes de la última en Danubio, fue protagonista de un enfrentamiento con un desconocido que lo insultó en la vía pública, motivo por el cual fue detenido por la Policía. Y para ser fiel a sus principios, se fue de la escuelita de Sayago siendo separado del plantel tras un altercado con el entrenador.

El hombre que hasta es capaz de filosofar y dejar frases como “Si exportaramos envidia, seríamos un país de primer mundo”, Marcelo Fabián “Pato” Sosa es un jugador justo y necesario en el fúbol, de los que quedan pocos. Un incomprendido, que luchó contra el metrosexualismo y fue, es y será un número uno repartiendo leña a diestra y siniestra. Salú patrón!