Humbertito Grondona, un “nene de papá” que no puede dirigir ni el tránsito empezó a calentar la previa y dijo: “El partido del sábado es el más lindo de todos aunque no sea un clásico, porque nosotros el clásico lo tenemos con Brasil”. Esto debería ser motivo más que suficiente para que otras selecciones uruguayas salieran motivadas, pero sabemos que estamos en otra época.
Ademas de arrogante este gordito es un ignorante de la historia y de la cantidad de finales que les hemos ganado. Uruguay – Argentina es el clásico de selecciones extranjeras mas viejo del mundo y además el que se jugó más veces. Lo único que tienen en común Argentina y Brasil para ser un clásico es haber perdido una final del mundo contra la Celeste.
Brasil – Uruguay históricamente tiene mucho mas peso y con historia mas extensa que la de Brasil – Argentina. Uruguay y Brasil no solo se han disputado finales de los campeonatos mas importantes del mundo del fútbol sino que también se han disputado la Copa Jules Rimet. A su vez, Uruguay es el único que le ha ganado Copas del Mundo y de América a Brasil en Brasil (y fuera de Brasil también). Además le ganó una final del mundo a Argentina en Uruguay, y alguna Copa América también. Ellos acá nunca nos ganaron nada. Argentina a Brasil no le ha ganado ninguna final del mundo y en Brasil nunca le gano nada. Argentina recién entró en el Club de Campeones del Mundo en el 78 y con Brasil no tiene ninguna historia clásica de nada porque en la Copa América el rey es Uruguay.
Esto debería ser usado por el pichón del quetejedi para motivar a los botijas para que salgan a comerse la cancha. No olvidemos que este mismo Grondona es el que hizo que los gurises argentinos nos empataran de atrás y se agarraran las bolas delante de los uruguayos sin que ninguno hiciera nada, avalado todo por el técnico uruguayo.
“Nuestro clásico es Brasil”, no nos olvidemos de estas palabras y recordemos aquella final del 30 en el Coloso de cemento en la que “pegamos los primeros diez minutos y después ganamos jugando al fútbol”. Estos botijas tienen ante sí una oportunidad divina de entrar en la historia, en una especie de final en la que al rival le sirven dos resultados. Está en ellos, y luego se podrá juzgar si estuvieron a la altura.
El sábado hay una chance que no se puede dejar pasar, pero primero hay que entender que se debe poner una cuota extra, que no todo es fer plei y peinados modernos. También hay que poner esa dosis de querer pasarle por encima al rival porque hay una historia en juego. Ojalá hubiera un Don Nelson Spilman para llevar derechitos a los botijas, ojalá hubiera un Haroldo Púa para transmitirles las vivezas del fútbol, ni que hablar un Paco para motivarlos con las transferencias que podrían llegar en caso de ser campeones.
A DEMOSTRARLE AL GIL DE GRONDONITA QUIEN ES URUGUAY. LA HISTORIA LOS MIRA, ESTÁ EN USTEDES!