Cualquier ciudadano oriental que responda al nombre de Obdulio tiene un plus en la vida, y es el enorme honor de portar el nombre de nuestro Dios. Obdulio Trasante fue conocido por su fuerza y temperamento dentro del campo de juego, un zaguero a la antigua, muy respetado por lo recio, guapo y metedor.
Existe una leyenda que habla de un fuerte enfrentamiento de palabras con Diego Armando Maradona, en la Copa América del 87 que le ganamos de pesado a los argentinos en su casa. Se dcie que Trasante le habría dicho que no le importaba que fuera Maradona, que si lo tenía que matar por la comida de sus hijos lo iba a matar. El argentino que nunca fue temeroso de los defensas rivales, dicen que luego de esas palabras de Trasante, desapareció del match.
Es por eso que para todos los botijas que no lo conocen o no lo vieron jugar, es de orden que le pregunten a sus mayores sobre la grandeza de este prohombre. Trasante era un verdadero gladiador, no solo por su calidad técnica, sino por los huevos que desplegaba y que lamentablemente no pudo tener mucha continuidad con la Celeste.
Y que casualidad que revisando el esclavo los archivos de prensa, se encontró con un dato. En una nota que le realizan a Obdulio en el año 2001, habla de un complot encabezado por el entrenador de la selección en el mundial de 1990 (si, adivinó quién es) para dejarlo afuera del campeonato. “No puedo olvidar me que no jugué un Mundial por personas que se asociaron para dejarme fuera de la competencia. En el año 90 se asociaron para sacarme del plantel”, esas fueron las palabras textuales de Trasante.
A lo que agregaba, hablando de sus discrepancias con el profesor Borrás y con el quetejedi: “Las dos mejores generaciones de jugadores que podían llegar a una final de un Mundial fueron arruinadas por un profesor y por un maestro. En el año 1986 Uruguay fue despedido como candidato a jugar la final del mundo. Lamentablemente Borrás impuso un régimen de juego de no marcar, por las presuntas tarjetas amarillas o rojas, y le cambió la imagen a los jugadores uruguayos. La misma teoría aplicó Tabárez y así nos fue en Italia”.
Con la misma postura que desarrollaba su juego en, se expresó sin pelos en la lengua. Valiente, frontal, directo, sin especulaciones. Así habló Obdulio Trasante: “De la manera que me expreso soy consciente de que mis declaraciones no serán bien recibidas por algunos, quizás me impida dirigir en este medio, pero nunca necesité de ayuda exterior, porque afortunadamente no pasé hambre y tengo mucha fe en lo que hago”.
Este hombre, que luego de cagarse a trompadas con el gran Pelado Peña solucionaron sus diferendos como hombres de ley y mantienen una amistad que perdura fuera de los terrenos de juego, este hombre que dijo que no tenía interés en dirigir inferiores porque no está capacirtado para hacer docencia, es un fiel exponente de la raza de jugadores que teníamos en alguna época. A lo que deberíamos volver.
QUE VUELVAN LOS ZAGUEROS DE ANTES, QUE VUELVAN LOS JUGADORES CON HAMBRE DE GLORIA DE ANTES, Y QUE VUELVA LA CELESTE DE ANTES!