Hace algunos días, publicamos una foto del Dios de ébano Richard Javier Morales en la playa con una señorita que actúa en películas de relajo, mostrando el merecido descanso del guerrero Chengue que tanto nos dió. Para nuestra sorpresa, la mencionada señorita que tanta exposición mediática ha tenido en las últimas semanas mantuvo una relación de noviazgo o pareja con el prohombre de color negro según sus palabras en una entrevista que le realizara el periodista César Bianchi.
De origen pedrense, seguramente la señorita creció escuchando las leyendas sobre el Chengue y admirando sus proezas futbolísticas y de las otras. Y quiso el destino que se cruzaran sus caminos en el célebre boliche “Botineras”, donde el gran Richard dió fuentes de trabajo a tantos orientales (entre ellos su gran amigo Carlitos Camejo). Así como en su momento su olfato goleador lo puso en el lugar justo en el momento indicado, en la noche el Chengue se transforma en un jugador casi tan letal como en el área, y descubrió a esta chica en la flor de la edad, para disfrutar merecidamente de las mieles de la juventud (y no la de Las Piedras).
En la mencionada nota, el periodista le pregunta: “-Ha circulado por internet una foto en la playa con el Chengue Morales, quien fuera tu pareja, y hasta hace poco salías con un jugador de Peñarol… ¿Sos botinera?”
A lo que la devenida en estrella del género condicionado responde que a pesar de haber degustado casi dos metros de carne negra y haberlo conocido en el boliche con ese nombre, no se la puede considerar botinera. Sus palabras:
“-No me considero botinera porque no es que voy a buscar futbolistas. A Richard lo conocí trabajando para él en un baile que él tenía en Las Piedras y nació algo ahí. Estuvimos dos años, entre idas y vueltas, pero ya no estoy más con él. Y al jugador de Peñarol lo conocí dos o tres semanas después de haber terminado con Richard, en el boliche Circus. Suelo coincidir en los boliches a donde ellos van porque me gusta la plena, como a ellos. Y siempre se te acercan y te piden el número para invitarte a salir”.
Nos queda saber quien es el jugador de Peñarol, pero suponemos que ya lo sabremos. Y también pudimos comprobar que la joven actriz tiene claros cuáles son los Viejos Valores, ya que cuando se le preguntó si le atraía la fama o el éxito de los futbolistas esto respondió:
“-En mi caso, que salieron del mismo lugar que salí yo. Richard, por ejemplo, es de Las Piedras como yo, y su historia de vida es igualita a la mía, son calcadas. Eso es lo que me atrapa. En cambio, me pasó hace poco que se me acercó un jugador que no venía de abajo, que ya tenía de antes un buen pasar, hablé tres palabras y me dieron ganas de irme, porque no tenía de qué hablar. Me gusta la persona que nace de abajo y después llega a sus objetivos, no el tipo que siempre tuvo todo. Ese no me atrae como hombre”.
Queda claro que un Ignacio María González, un hijo de Pablo Forlán, un jugador nacido en cuna de oro no tendría chance de nada con esta guerrera que a sus tiernos 19 años tiene las cosas muy claritas. Podría decirse que “no se come ninguna”, pero lamentablemente se ha comido unas cuantas pero ninguna como la del Chengue. Saludamos a nuestro prócer Negro por su ojo clínico, y por qué no a la joven Mía Etcheverría por sus firmes convicciones que harían sentir orgulloso al mismísimo Pulpa Etchamendi cuando pregonaba que el futbolista tenía que venir de abajo.
Infinitas gracias por tanto Chengue! QUE VUELVAN LAS CHICAS DE LA NOCHE DE ANTES, QUE VUELVAN LOS JUGADORES DE ANTES Y QUE VUELVA LA CELESTE DE ANTES!