Algún día iba a pasar, estaba clavado. Cuando alguien empieza tan jovencito como empezó Fabián con el vaso, llega un momento en el que no tiene más nada que probar (en ambos sentidos). El “Mago” Fabián tomó la determinación de dejar de consumir alcohol, hecho que ocasionó un gran revuelo entre sus seguidores. Y se retira campeón. No en vano, el isabelino fue el emblema, el estandarte que se puso el equipo al hombro durante la histórica gesta del tetracampeonato mundial en consumo de whisky.
Pueden haber sido varias las motivaciones que llevaron al “Mago” isabelino a colgar el vaso. Aparentemente, la impresentable imitación que le hicieron en carnaval fue uno de los detonantes. “Me hicieron gordo” dijo el dios O’Neill, visiblemente molesto. Otra de las posibles causas sería que quiere formar parte de la grilla de invitados para la boda de Forlán, en la que no habría alcohol. El gran Fabián no quiere perder la oportunidad de acompañar al rubio, y eso lo habría llevado a pasarse al equipo de los que “no fuman, no toman, no hacen nada”.
Un nuevo O’Neill, arenga a todos los orientales a embanderarse para lograr el quinquenio. Él ya se ganó con creces su merecido descanso. Una trayectoria forjada a lo largo de años bebidos, literalmente, marcó el camino a seguir. Ahora la posta es nuestra, ¡quedate tranquilo Mago, que no vamos a dejar cambiar la historia!
El descanso del guerrero será en su Paso de los Toros natal bebiendo Terma, Clausthaler Lemon o té Twinings saborizado de naranja. Nace un Fabián sobrio, pero a la vez tranquilo porque nuevos paladines del mostrador seguirán surgiendo en esta cantera inagotable, en este pequeño país que sigue asombrando al mundo. Un ejemplo de esto sería su hermano. Como siempre se dice en Uruguay, “el hermano era mejor”. Cuenta la leyenda que de un club lo consultaron una vez sobre la posibilidad de contratar a su hermano, a lo que Fabián Alberto respondió: “juega 10 veces más que yo, también chupa 10 veces más que yo”. Simplemente con imaginar lo que jugaría ese muchacho, y lo que chuparía, nos preguntamos cuál fue la misteriosa causa que operó para que no llegara.
“Si yo hoy dejara de tomar, dentro de tres años seguirían diciendo que soy un borracho, porque después que te hiciste la fama… Como el falopero o el chorro: si te hacés cartel después no te lo saca nadie”. Y así como lo dejó claro Fabián va a ser. El legado del “Mago” va a estar siempre, aunque ya no empine el codo. El hombre que peló un bufo en un partido de la liga de Paso de los Toros, el que hizo pasar un litro de whisky en la cárcel camuflado en una botella de Jane, el que salió al aire en pedo en reiteradas oportunidades en Radio Sport, el que es amigo del “Negro” Chengue, el “Negro” Mende’, el “Negro” OJ y todos los negros en general, el que dijo que si no salía jugaba mal, y se sentó alcoholizado en el banco de la Juventus… ese será Mago por siempre.
Como en cualquier equipo en el que se retira su mejor jugador, esto nos hace replantearnos la estrategia para lo que se viene. El tan ansiado quinquenio no se nos puede escapar, por lo que necesitamos del aporte de cada uno de los habitantes de esta tierra para cubrir el enorme vacío dejado por nuestro 10. Como se dice habitualmente, Fabián “ya cumplió con la patria”. La pelota está ahora en la cancha de los Lacalle, de los Kesman, de los Omar Gutiérrez, de cada ciudadano anónimo. ¡Ahora es cuando se ven los pingos!
