Volvió a presentarse el representativo oriental, donde la lucha entre calendaristas y neo obdulistas sigue planteada. Atrás parecen haber quedado dos máximos exponentes de la metrosexualidad como el hijo de Pablo Forlán y el ex capitán con apodo de señora mayor, y cobran protagonismo otros que han mostrado señales como el Mono, el Palito, el gladiador Cacha por poner algunos ejemplos aparte del Capitán Godín.
Yendo al partido, en sí no tuvo mucha historia. Los Japonesitos no representan ni representarán amenaza alguna. Un país que va a ver un partido de su selección y llevan banderas del rival, otras banderas pidiéndole matrimonio a Cavani, o niños buscando el autógrafo del Tata en una hoja con su foto impresa no es un adversario de fuste.
Se jugó de blanco (la camiseta de alternativa que impuso el hijo del Boniato), perdiéndose una linda oportunidad de volver a la histórica roja.
Por otro lado, es saludable la presencia de varios morenos elementos en el team oriental, como nuestras raíces lo ameritan, y de otro player como Corujo, con apodo de antes que sugiere algo asi como “el Tío Chiche, marido de la Tía Pocha”.
Aprovechando que el partido se jugaba en tierras niponas, se perdió la oportunidad de hacer el partido despedida del hijo de Pablo y asegurarnos que no lo vamos a ver más influenciando negativamente a los jóvenes valores con sus costumbres alejadas de lo deseable por un obdulista (además no había que pagarle el pasaje).
Muslerita volvio a mostrar el infame equipo naranja fluo, Livianico Lodeiro en su línea habitual, al menos no estuvo Freezer Ramírez porque si coexisten los dos nos transformaríamos en el equippo más frío del mundo. En la próxima convocatoria hay que llevar a algún joven más para ir pensando en reemplazar al Tata, Stuani, y todavía falta encontrar algún otro cebador de mate nuevo.Abel se sacó las trenzas espantosas y se rapó como debe hacer un buen negro. Pensamos en principio que el festejo iba dedicado a la conocida boxeadora, pero luego nos enteramos que no anda mas con la Chula.
De Arrascaeta tuvo la posibilidad de hacer shopping en Japón, algo que no está al alcance de cualquiera, mientras que el quetejedi debe estar en este momento pensando como sustituir al Tata. Se dejó afuera al Japo, que recapacitó de haber mandado en cana al hermano y bancó como debe hacer un hombre cambiando su actitud. Por último también fue una pena no haber podido contar con Jonathan Rodríguez, un jugador surgido de abajo, como le gustaban al Pulpa Etchamendi, de los que no saben ni escribir y tienen la picardía del potrero que tanto se ha perdido. Para muestra basta ver la cédula del botija, al que no lo queremos para que sea físico nuclear sino para que rinda en la cancha.
Ah, el resultado fue de 2-0, pero no hubo ni una pierna fuerte, la única sangre que hubo fue de uno de los nuestros, y tampoco estamos seguros de que se haya socializado con algunas asiáticas en un burdel de mala muerte. En síntesis, una exposición de tibieza absoluta, con los ayudantes del quetejedi apelando al continuismo.
A SEGUIR RESISTIENDO, Y APOSTANDO A QUE VUELVA LA CELESTE DE ANTES!