Antes los defensores del proceso decían que íbamos a todos los mundiales, ¿ahora qué van a decir? Una selección que quedó afuera de los cuatro puestos de clasificación, y lo que es peor con una camada de botijas que a menos que se les dé una buena influencia de ahora en más, estará perdida para la causa.
Cualquiera que haya visto a otras sub 17 podrá discutir con propiedad aquello de que sean niños. Hay algunos que tienen barba y ya mojaron la nutria hace rato, así que serán enanos serán lampiños pero esas bolas no son de niño! Este país pudo disfrutar de aquella paradigmática sub 17 de Walter Horacio Peralta, Rúben “Dios de cacao” Pollo Olivera, Marito Leguizamón y el Bombón Meneses, un cuarteto que eriza la piel del obdulista al recordar la juventud que poblaba este país hasta no hace tanto.
Hoy deambulamos por un campeonato en el que nuevamente fuimos representantes de esa mentira llamada fer plei, y además no jugamos, no pegamos, no metemos, no nos hacemos respetar, nada!
Gurises llorando ante las cámaras, cuando se les debe decir que el llanto debe ser a escondidas en caso de que se tenga que dar. Nos fuimos de un campeonato sin siquiera intentar ganar utilizando otros métodos, sin tirar 800 centros a la olla de punta y pa’ rriba, muriendo con los ojos abiertos.
Nos queda al menos la esperanza personificada en ese elemento de color llamado Wiston Fernández que apunta a ser observado por el obdulismo. Cuando se extrañaban los Washingtons, los Walters, los Wilsons en la Celeste, aparece esta bocanada de aire fresco para al menos dejar la puerta entreabierta a la esperanza.
Una nueva tibia Celeste juvenil se despide, esta vez sin siquiera el argumento habitual de la clasificación a todos los mundiales. Quedan los cortes de pelo metrosexuales, las celfis, las caravanitas, las gurisitas que gritan, pero muy lejos queda el respeto ganado por tantas generaciones de botijas.
Que vuelvan las juveniles de antes, de la mano del consejo único juvenil, que vuelvan los Viejos valores y que vuelva la Celeste de antes!!!