La reciente lesión de Suárez, si bien no le impedrirá jugar el mundial nos hace plantearnos qué puede suceder si en un momento precisamos otro delantero de fuste.
¿A quién vamos a asustar con la voz aflautada de Cavani, los buenos modales del hijo japonés de Pablo Forlán o el metrosexualismo de Abel Hernández? Es aquí cuando se hace notorio el desperdicio que se llevó a cabo al confeccionar la lista.
En un capricho del entrenador, se dejó afuera nada menos que a Héctor “Romario” Acuña, reciente goleador del campeonato uruguayo. Un hombre al que le queda bien la Celeste, como ya ha demostrado en sus etapas juveniles.
Este compatriota es de los pocos players del fútbol uruguayo profesional de la actualidad que lleva el obdulismo y los Viejos Valores en la sangre. Un hombre que la peleó jugando en equipos chicos y en Centroamérica, hizo goles de todos los colores, laburó en la constru y anda en bondi. Negro, feo, metedor, con huevos y mucho gol, imprescindible en un centre-forward.
Un hombre así nos damos el lujo de no llevar a este mundial. Hemos dejado de lado la velocidad, la picardía, el olfato goleador de un luchador del fútbol: el pequeño gigante, el “baixinho” uruguayo Héctor Fabián “Romario” Acuña. ¿Se imaginan lo que es tener un Romario uruguayo en Brasil? Se mueren los brazucas, porque ellos nunca podrán tener un Obdulio brasilero!
Que vuelvan los 9 de antes, QUE VUELVA LA CELESTE DE ANTES!