Referente del plantel del 2002, físicamente similar a Obdulio, un caudillo dentro y fuera de la cancha, un prócer que llegó hasta los 40 años en las canchas… todo eso y más es Don Octavio Darío Rodríguez. Hoy, ante su silencioso retiro, le dispensamos el homenaje que se merece.
Aunque ya no era tan veloz como en otras épocas, el gran Darío se las arreglaba para ser titular como en cada uno los planteles que integró. A una edad en la que ya debía estar disfrutando del reposo del guerrero, Darío seguía en carrera pese a que año a año los rumores señalan que se iba a retirar. Sin embargo, temporada tras temporada demostraba su vigencia, más allá de su ascendencia natural. 22 años después del debut en primera división en la Institución Atlética Sud América, el gran Darío colgó los botines.
Luego de su comienzo en la IASA, donde permaneció tres años, logrando incluso el ascenso a la A con los buzones, fue en México llegó su primera oportunidad en el exterior. Jugó dos años en el Toluca para luego regresar al fútbol uruguayo. El Gladiador Julio César Ribas lo convocó para el Bella Vista que consiguió la Liguilla Prelibertadores (1997-1998). Un año después pasó a Peñarol, y desde entonces se asentó en la selección uruguaya y fue titular en el Mundial 2002. Un gol de volea ante Dinamarca le dio mucha visibilidad y generó el interés de clubes europeos (https://lacelestedeantes.com/2013/11/29/dario-y-el-cuarto-mejor-gol-de-la-historia-de-los-mundiales). El tanto fue reconocido por el diario británico The Times como el 4.º mejor gol en la historia de los mundiales. También fue coautor de la famosa apretada a Senegal junto con el gran Negro Chengue (https://lacelestedeantes.com/2013/07/11/la-famosa-apretada-del-chengue-y-dario-a-senegal).
Con la celeste en el pecho jugó 42 partidos y anotó 9 goles. Así llegó al fútbol alemán después del torneo en Corea y Japón. En el Schalke 04 se hizo ídolo. Jugó 6 años en el equipo, conquistando dos Copas Intertoto y una Liga de Alemania. Luego volvió al fútbol uruguayo, y aunque está lejos de la plenitud y la velocidad de otros tiempos, cada vez que es llamado a jugar lo hace con destreza y carpeta. A pesar de la vigencia que demuestra, ha tenido que afrontar la impaciencia y el triunfalismo de los hinchas, como el vejiga que le dedicó una cancioncita pidiéndole que se retire (https://lacelestedeantes.com/2014/03/09/la-respuesta-de-dario-al-vejiga-de-la-cancioncita).
Pensamos que podría haber habido Darío en la cancha por un tiempo más, incluso nos ilusionamos con el interés del Montevideo Wanderers (el mejor lugar donde podría haber terminado este caudillo, donde surgió Obdulio, el Canario y con su hermano Samantha Rodríguez en el cuerpo técnico). Le decimos hasta siempre al Darío jugador, el que quedará eternamente en el olimpo de los grandes héroes de la gesta del 2002, un mundial que va mucho más allá de haber ganado o no.
SALÚ DARÍO, EL PUEBLO NO TE OLVIDA. QUE VUELVAN LOS PROHOMBRES DE ANTES, QUE VUELVA LA CELESTE DE ANTES!