Bastante se ha hablado del caso del botija Jonathan y el alcahuete sin códigos del Toto, un hombre que olvida que comenzó su carrera periodística al lado de Don Carlos Solé y siempre se pone en contra del futbolista.

“Es un muchacho que bebe”, fueron las palabras que casi logran cortarle el pase a un botija humilde del interior que seguramente se tome sus buenos caliboratos como cualquier oriental de a pie. Para este opinador del fútbol, el origen humilde es un pecado. ¿Acaso no es célebre la gira del Negro Jefe por los boliches brasucas “bebiendo” con los vencidos? ¿Ignora que a Obdulio le apodaban “Vinacho”? Se ve que este señor “dotor” se olvida en qué país vive, y que esta también es la tierra del Mago O’ Neill, otro “muchacho que bebe”.

El trago siempre fue parte inherente al hombre que se rompe el lomo laburando, sea jugando el fobal o cargando bolsas, o aún aquel que lleva adelante una labor intelectual. El vino del domingo al mediodía con los ravioles de la vieja, incluso en las viejas concentraciones antes del partido, el kewi guerrero, la cerveza refrescante, la grappa con limón, la caña con butiá…

Y el caso de Jonathan Rodríguez, es un muchacho que bebe como cualquier otro, un muchacho que viene de abajo, “acorazado”, de los que “defienden una frazada como ninguno” al decir del Pulpa Etchamendi. Esos jugadores son los que forjaron nuestra historia, porque como decía el gran Pulpa, uno no los quiere para que se casen con la hija de uno sino para que muevan la pelotita y sean fieles a los Viejos Valores del fútbol uruguayo.

Como usted obdulista sabe, esta humilde página siempre estuvo, está y estará del lado del jugador que encarna los Viejos Valores, por lo que no podíamos hacer más que pronunciarnos en algo obvio como lo es nuestro repudio a este personaje que se dedica a hablar de “la cabecita” de los jugadores desde un pedestal. Y más aún nos enorgullece la demostración de solidaridad de la Mutual de Futbolers con Fabián Pumar y el Quique Saravia a la cabeza, y de los planteles de Peñarol y Nacional al completo sacando la cara por el botija que finalmente pudo cumplir su sueño del pase al exterior. Lo defendió Suárez y la AUF, y hasta el afrancesado Cavani. Jugadores unidos sin importar la camiseta, como en la huelga comandada por Obdulio, como siempre decimos acá que los Valores que defendemos están por encima de los colores de turno.

Desde este espacio hacemos un llamamiento a la vuelta de la prensa deportiva de antes, esa que no mandaba en cana a los futbolistas, la que los respetaba y se dedicaba a hacer su trabajo y dejar a los demás hacer el suyo. Mientras el jugador rinda en la cancha y se banque con el esfuerzo su gusto por la noche y la bebida, siempre va a tener un lugar en nuestra historia. Por eso hoy más que nunca nos ponemos del lado de los humildes. Que nunca falten los “muchachos que beben” y que no saben hablar ni firmar en la cédula pero dejan todo en la cancha. QUE VUELVA LA CELESTE DE ANTES, LA QUE SIEMPRE ESTUVO LLENA DE ESTOS JUGADORES!