Hay niños preguntándole a sus padres sobre qué son los prohombres y los Viejos Valores, algo preocupante ya que esas cosas siempre se transmitieron de generación en generación. Son marcas de fábrica que no se van a extinguir jamás, mientras haya guerreros orientales por las canchas del mundo. Prohombres de verdad, como aquellos caudillos de la gesta del 2002, aquella que está más allá de cualquier resultado (antes que algún calendarista salga con el clásico “¿y qué ganaron los del 2002?”).
Entre otras cosas, un prohombre oriental no se deja sobrar, ni pasar por arriba, ni pizarrear. Y eso se traslada al otro lado de la raya de cal, cuando por esas circunstancias de la vida, pasan a ser técnicos. Ronald Paolo y el Dios de Ébano siguen agigantando su legado que comenzó cuando estaban adentro de la cancha. Un orgullo para la patria ver a estos prohombres haciendo de las suyas y poniendo las cosas en su lugar por la vecina orilla.
Desde que el fútbol es fútbol, han pasado estas cosas. Hay diferencias, se aclaran los tantos y lo que pasa en la cancha queda en la cancha. Lo de andar mariconeando y denunciando ante la prensa y las autoridades vino después. Resulta que el gran capitán Paolo Montero tuvo alguna discusión durante el partido con el DT rival Diego Osella, al que terminó yendo a buscar al termino del partido.
El equipo de Paolo y el Chengue perdió 2-1, y la cosa no iba a quedar así. Cuando se retiraba Osella al vestuario, Montero corrió como si se le escapara Totti o algún senegalés para ir a buscarlo al técnico de Newell’s. Aparentemente, habría habido golpes de puño, a los que se habría sumado el Chengue. Compartimos el video que muestra la velocidad que mantiene nuestro capitán para el pique corto y para salir al cruce al pizarrero de turno, así como también lo raudo del entrenador argentino para meter 9 segundos en los 100 metros antes de internarse en la manga. Lo que acaso desconocía, era que justamente la manga es territorio fértil para nuestros líderes, algo así como enfrentarse a un cocodrilo dentro del agua. No se ve lo que pasa luego, pero estamos seguros de que Paolo y el Chengue supieron cumplir.
Cabe destacar la respuesta del entrenador argentino ante la pregunta de la prensa: “No quiero hacer polémica, ni meterme en cosas que desvíen el triunfo nuestro. Lo que sucede en camarines queda en camarines. Cada uno es responsable de lo que hace”. Seguro cobró, pero metió violín en bolsa y enfrentó la situación como corresponde. Esos rivales enaltecen aún más a nuestros representantes, que son de los que nos dejan buen parados en cualquier lado.
Esta dupla promete, y el clamor popular los quiere al frente de la Celeste en un futuro cercano. QUE VUELVAN LOS TÉCNICOS DE ANTES, QUE VUELVA LA CELESTE DE ANTES!!!