Hoy no se goleó, no se ganó la posesión, y se mostró la presencia necesaria ante un equipo con un capitán que se mira más al espejo que muchas de las patronas de los que están leyendo esto. Incluso, otro player oriental trancó con la cabeza, a esta altura una marca identitaria como el termo y el mate. En un equipo que defendió con agresividad y pundonor, y en el que los puntos altos fueron la marcada de presencia del goalkeeper, la consagración obdulista de Roberto Cavani y la seguida del enano Torreira hasta abajo de la cama al astro lusitano; sigue faltando un par de tarjetas por partido. No tiene nada de malo, los fauls tácticos están para usarse.
Así vimos a nuestros players en el duelo de Octavos de Final:
NÉSTOR Muslera: El “Me pateaste la mano, cagón” al portugués, la sobriedad en su accionar apenas opacada por lo estridente de su vestimenta, lo hicieron acreedor al reconocimiento de ser llamado por ese primer nombre obdulista que sus padres le dieron.
Cáceres: Tal vez alguna dama en su hogar hizo mención a sus pezones en algún momento del partido, pero seamos justos y reconozcamos que jugó como debe hacerlo un marcador de punta uruguayo.
José Giménez: Uno de los principales responsables de la abolición del cristianismo en el partido de hoy.
Roberto Godín: Otro de los principales inquisidores, con menos pelo que su compañero de zaga pero con más mañas. Enorme el capitán, regalando otro uñazo de esos que el verdadero obdulista sabe apreciar.
Laxalt: Tendrá esas trencitas, le faltará que le salga la barba, pero viene plantándose firmemente para ser el mejor lateral izquierdo desde Octavio Darío Rodríguez.
Jockey Torreira: Podría haber arrancado para ser el sucesor de Pablo Falero, pero por suerte podemos disfrutar de su fealdad anti calendarismo, enjundia y pierna fuerte. Cuando trancó con la cabeza, lo hizo todo el país.
Nández: Lo que uno espera de un player con poca técnica, es que marque presencia con el poder de sus tapones. Hoy no le tocó trancar con la cabeza, pero contribuyó a limarle los tobillos al hombre del shampú anticaspa. Tiene que llegar esa amarilla que lo haga agarrar confianza.
Vecino: La presencia del jockey Torreira parece haberlo liberado un poco, aunque esperamos que deje de lado alguna de sus características europeas, más que nada porque juega en la selección uruguaya. No sabemos si puede, pero sin dudas debe pegar más.
Bentancur: Que siga siendo el dueño de la única amarilla de este equipo, dice dos cosas: que el equipo todavía está en el debe en ese aspecto, y que el juez que se la sacó se lo confundió con otro.
Suárez: Entreveró el partido cuando hacía falta, chocó constantemente, sacó fauls y le puso la pelota en la cara a Cavani, quien solo tuvo que poner el pómulo para darle destino de red.
Roberto Cavani: Sacrificio, gol, y la definitiva consagración como obdulista (Se le perdona la voz finita y el secador). La contrapartida de su gran actuación, el tirón por el exceso de carne de jabalí. El ácido úrico es jodido para la musculatura, pero ahora se le coloca linimento y queda nuevo.
Ingresaron:
Sánchez: La dosis necesaria de ébano.
Cebolla: Cristiano le dijo por lo bajo a un compañero que no podía ser que un gordo le ganara un pique. Pero el gordo sigue en el Mundial, y el luso se va para el yate con los amigos.
Stuani: Tiene algo de esos 9 de antes, en la tosquedad de sus movimientos, en su rostro, en su físico. No entró mucho en juego, pero pone voluntad y eso dice mucho.
Quetejedi: No sabemos qué les dijo a los jugadores en la charla, pero seguro que hubo alguna referencia al plantel de Italia 90, a Darío, al Canario o incluso al Ruso Pérez (todos hombres dirigidos por él). En la conferencia de prensa, le dijo Paraguay a Portugal como tres veces y le metió el gaucho a un periodista ruso, cosa siempre digna de respeto. Nada para reprocharle.