Se le ganó goleando a Argentina, a Brasil en la hora, se perdió feo con Venezuela alejando a los arribistas, y se le ganó al local para salir campeones. Haciendo un balance, esta camada de juveniles nos cae bastante en gracia. Hay buenas señales y madera para construir, en otras palabras, potencial de guerreros obdulistas con algunas obvias salvedades. En el punto cúlmine de la algarabía, frente a un país que miraba por televisión, frente a niños que después hacen preguntas y uno tiene que contestarles, se dio una vuelta olímpica luciendo sutienes con total liviandad. Los muchachos de antes no usaban sutién, ¿es necesario inculcarle estas modas a los botijas? Porque algunos de los peinados raros se pueden arreglar con una máquina, la barba puede empezar a crecerles, los botines negros pueden empezar a ponerse de moda tras una charla de Zalayeta y Olivera con el plantel, pero los sutienes son jodidos. Después no digan que no avisamos.

A la hora de pararnos frente a todo lo sucedido, estamos casi llegando a entender que el punto en todo esto es la gente. La cadena de exitismo entre la prensa y el público, produce un espiral nefasto para los intereses más puros del obdulismo. En otro momento, los botijas irían, ganarían el título sudamericano, volverían y no los conocería nadie. A lo sumo en el barrio, obviamente los vecinos que acompañaban el sacrificio de las idas a practicar con el bolsito cargado de ilusiones y el rostro todavía desconocido para el gran público.

Compare usted nomás el recibimiento a los botijas de Malasia cuando salieron vice campeones del mundo, y el de los que salieron vice campeones del mundo en 2013. Circunstancias iguales, otro público. ¿Alguna de las mujeres que usted conoce recuerda el rostro de un Sebastián Cartagena o de un Churrasco Pelegrín?

Haciendo un balance, nos reconforta que uno de los mejores jugadores y goleador del torneo sea un muchacho de los denominados “gorditos”, con la panza llena de magia y el carácter de players de otras épocas, casi hosco y poco afecto al show. Nos parece saludable que un botija dedique el gol a la vieja, que una dupla de zagueros a la vieja usanza demuestre que todavía hay vida, que un goalkeeper de negro muestre que el legado continúa, que el botija De la Cruz se haya reivindicado de lo que quiso hacer en el primer partido y podamos tener un nuevo Nico Olivera, que Ardaiz haya dejado aquel hermoso correctivo desoyendo al DT, y los dos goles para el título como debe hacer un nueve que se precie de tal y que venía perchado, que en líneas generales sea un equipo de muchachos que meten la pata cuando hay que hacerlo.

Pero ahora, luego de convencerlos de que se saquen los sutienes, todos a luchar contra los reclames con estos botijas como protagonistas, contra  los cuadernos de las gurisas forrados con fotos de los campeones, contra el exitismo de los que se suben al carro, y contra la peligrosa posibilidad de que hagan un calendario Sub 20. No olvidemos que en la década del 70, ganamos cuatro sudamericanos seguidos, y las mujeres no iban a gritar al aeropuerto.

QUE VUELVAN LOS JUVENILES ANÓNIMOS DE ANTES, QUE VUELVA EL PÚBLICO QUE FESTEJABA POR LA CELESTE Y NO POR LAS CARAS BONITAS, Y QUE VUELVA LA CELESTE DE ANTES!