Seguramente usted obdulista ya tuvo la oportunidad de ver al relator amante de la cama solar y la ropa de marca, además muy amigo del hijo de Pablo Forlán y del Sunga Abreu haciendo un reclame de una conocida marca de pinturas. Esto es motivo más que suficiente para que nos pongamos a reflexionar un poco y le recordemos a la botijada como eran los periodistas deportivos en otras épocas.
Bailando, cantando, sintiéndose un artista cuando en realidad el periodista deportivo debe ser un ser adusto y de mirada gris como lo es nuestra identidad. Porque el oriental debe ser un tipo gris, siempre con cara de culo, enojado con la vida y con todo lo que se le ponga enfrente. Y va este elemento y canta que se le puso la piel de colores! Pensar que en otra época un relator o comentarista ni siquiera tuteaba a los jugadores, y muchas veces la gente ni les conocía la cara.
En este momento nos queremos acordar de tantos legendarios hombres que contribuyeron a la grandeza de nuestro fútbol. Un Carlos Solé, un Heber Pinto, un Dr. César L. Gallardo, un Dionisio A. Vera (DAVY), un Osvado Héber Lorenzo (HL), un Lalo Fernández, un Rúben Casco y tantos otros, más acá los incomparables Carlitos Muñoz y el Mariscal Alberto Kesman que seguramente mirarían esta performance con incredulidad y se lamentarían de la decadencia en Valores que también afecta a su profesión, otrora reducto de recios varones que parecían sacados de cualquier tanguería de la época.
Piense usted por un instante como tomaría un vestuario de antes la llegada al mismo de un sujeto que hace este tipo de actuación y después pretende ser respetado por el jugador y por el público. El jugador de antes, por ejemplo un Indio Olivera le metería un planchazo la siguiente vez que se lo cruzara, en cambio el jugador actual verá esto como una gracia.
¿Cómo toma esto el laburante que se rompe el lomo para sentarse en sus ratos libres a escuchar un partido? ¿Realmente usted ve al oriental de a pie tomando esto como algo normal? De pique ya si usted es padre de un botija chico, lo mejor es no exponerlo a estas cosas, ni mucho menos que se entere que esta persona es relator de fútbol. Porque acá en este país muchos crecimos yendo al estadio con el viejo y escuchábamos en la Spica las voces aguardentosas que tanto distaban de un señor al que se le pone la piel de colores, eran otros tiempos y otros orientales.
Amigo obdulista, hay que encolumnarse frente a estas lamentables manifestaciones, en las que además de todo las patronas miran incluso con simpatía al lampiño con pelo de muñeco. No señor, un relator no puede ni debe andar haciendo estas cosas. QUE VUELVAN LOS RELATORES DE ANTES, QUE VUELVA EL FÚTBOL DE ANTES Y QUE VUELVA LA CELESTE DE ANTES!